"Decidió marchar."

"Decidió que ya era más que suficiente, que su camino en la vida había terminado, que ya no hacía falta seguir esforzándose por comer, por saborear, por enteder, por caminar, por despertar, por respirar...

Decidió que había vivido mucho, que ya no hacía falta hacer sufrir a los suyos, a los demás, a si misma, que ya estaba completa y que no le daba miedo marchar.

Decidió que era el momento, que el frío se le metía en el cuerpo y no se lo podía quitar, que estaba cansada, agotada..., cansada de no recordar y de perder su propia personalidad, agotada de sobreesforzarse por querer ser la de antes, la de siempre, la que un día se esfumó sin darse cuenta...

Decidió que cerraría los ojos y que no los abriría más, era su decisión y era la más acertada porque era consciente de que cada día iba a ser peor, que esa enfermedad con la que cargaba se cebaría con ella y, de rebote, con su familia, las personas que más quería.

Decidió dejarse llevar y viajar tranquila, sin miedos ni equipajes, sin cargas ni ataduras, sin explicaciones y discusiones..., los suyos lo entenderían, prefería que la recordasen como la mujer fuerte, sana y activa que siempre había sido, que la recordasen como una buena esposa, como una gran madre, como una grandísima abuela, como una luchadora.

Decidió que, de forma tranquila y silenciosa, se iría alejando para renecontrase con su esposo, con sus padres, con todos aquellos que hace mucho que ya habían partido.

Era su decisión.

Sabía que todos estarían a su alrededor, que no se iría sóla, que los suyos le darían calor, que los suyos le darían esas fuerzas secretas, calladas y necesarias para alejarse sin penas, sin lágrimas, sin demasiadas consecuencias... Porque sabía que siempre la recordarían y que ella iba a estar siempre en el corazón de todos, de todos sin excepción.

Sabía que su hijo, el que tanto quería, tomaría la dura y complicada decisión. Sabía que sus otros dos hijos (los pequeños) escucharían al mayor..., era lo mejor .

Su último gran viaje, sin vuelta posible, sin retorno..., en la otra vida les esperaría.

Y, ahora, a intentar quedar suavemente dormida con una hermosa sonrisa como despedida."

(Para T., una valiente y gran mujer.)